Situado en el Paseo del Prado, una de las avenidas más bonitas y culturales de España. El Museo del Prado, para Madrid es su mayor símbolo cultural y uno de los lugares de arte más importantes que se hayan visto.
El alma artística de Madrid y joya del patrimonio mundial
El Museo del Prado fue fundado en 1819 como el Real Museo de Pinturas, gracias a la esposa de Fernando VII. Aunque el edificio había sido diseñado décadas antes para guardar la inmensa colección artística de los monarcas españoles.
Desde su apertura con alrededor de 300 obras, este museo no ha dejado de crecer. Hoy conserva más de 8.000 pinturas, entre esculturas, grabados y objetos decorativos, aunque su colección permanente gira en torno a unas 1.300 piezas de altísimo valor histórico y estético.

Lo que diferencia al Prado de otros grandes museos como por ejemplo el Louvre (París) o el British Museum (Londres) es que aquí no se busca tener “de todo un poco”, sino mostrar la evolución de la pintura.
Algunos artistas de los que podemos disfrutar de sus obras si visitamos este museo son:
- Diego Velázquez: con su obra maestra, Las Meninas, considerada una de las pinturas más importantes de la historia del arte, y se merece ocupar una sala propia. Velázquez también trajo numerosas obras italianas.
- Francisco de Goya: el otro gran pilar del museo. Goya ofrece una mirada brutal sobre la España de su época.
- El Bosco: con obras como El Jardín de las Delicias, el Prado conserva la colección más extensa del mundo de este pintor flamenco, que además era el favorito del rey Felipe II.
El museo no ha parado de expandirse desde el siglo XIX. La ampliación reciente más importante creó nuevos espacios para exposiciones temporales. El edificio conserva aún su elegancia clásica, pero hoy en día ofrece una experiencia más moderna, accesible y pensada para todos los públicos.
Además, el proyecto del Campus del Prado restaurará edificios históricos y será un plus a la experiencia.
Para el visitante, el Museo del Prado es una experiencia que transforma. Recorrer sus salas permite entender cómo el arte se convierte en reflejo de los grandes cambios sociales y políticos según la época. Además, es también una manera de conectarse con Madrid desde la cultura.
Ya seas amante del arte, un visitante con simple curiosidad o un madrileño de toda la vida, el Prado no es un museo que se visita una sola vez. Es un lugar al que siempre se puede volver, con la certeza de que cada visita descubrirás y aprenderás sobre algo nuevo.