¿Tienes un espacio pequeñito, una terraza no muy amplia o un salón justito de metros? Con un poco de ingenio, buen gusto y planificación, ese espacio puede transformarse en el escenario de un evento inolvidable. No se trata de tener un sitio enorme, sino de saber aprovechar lo que tienes.
En este artículo te contamos cómo sacarle el máximo partido a un espacio reducido y convertirlo en algo memorable para todos los invitados.

- Menos es más (de verdad)
En espacios pequeños, la clave está en no saturar. Elige una decoración sencilla pero con personalidad, por ejemplo, una paleta de colores clara, un par de cuadros llamativos y piezas funcionales que también decoren (cojines o mantitas).
- Mobiliario modulable
Este tipo de mobiliario es cómodo, ya que adapta diferentes formas y puede ser un punto a favor a la hora de sorprender a los invitados que ya han estado en ese espacio previamente. Lo más importante es que la gente se pueda mover con fluidez.
- Elige bien el tipo de evento
No todos los formatos funcionan igual de bien en espacios pequeños. En lugar de una cena formal, apuesta por un cóctel, una cata de vinos o un brunch de pie. Los eventos más dinámicos, donde la gente se mueve, charlan en grupos y no están anclados a un sitio, funcionan muchísimo mejor.
- Buena iluminación
La iluminación lo cambia todo. Luces cálidas, velas (reales o LED), lámparas de pie en rincones… Con poca cosa puedes crear una atmósfera mágica y acogedora.
- La música, el detalle que marca diferencia
Un buen hilo musical puede elevar cualquier reunión. Si preparas una playlist que acompañe el ambiente, creará un espacio inmejorable.

En definitiva, no necesitas una mansión para crear un buen evento. Solo hace falta creatividad, imaginación, y pensar en la experiencia de los asistentes.